18 octubre 2014

—¡Jajajajaja! Acá se han visto unas cosas en este liceo, si supieras. Nuestros muchachos son conocidos por toditos.

—¡Ay, chico…! Me recordaste a Lorenzo.

—Justo yo pensaba en él en estos días, vale. Ya se va a cumplir un año, ¿no?

—¿Qué le pasó a Lorenzo?

—¿No lo conociste?

—Ay, que en paz descanse —y se persignaba—. Todavía recuerdo que me había dicho que yo tenía que darle clases. Que no me podía ir del liceo sin haberle dado clases. Pobre muchacho…

—Mira, ven acá. Lorenzo era uno de esos muchachos callaíiiiitos que no molestaban en clase…

—Era amigo de mi hijo. Estudiaron desde uff, hace tiempo. Y un día le pregunté a Rubén qué pensaba de él y me dijo que era un nulo… Así, que era un nulo.

—Bueno… Pasa que el pobre muchacho era medio amanerado, ¿sabes? Y los muchachos acá no esperan ni una para meterse con los maricos. Es más, el único que se ha dado a respetar…

—Es Daniel, chamo. Ese pana desde el primer día dijo que era marico y que si tenían algún problema que los esperaba en la salida.

—¿En serio dijo eso? Yo siempre lo vi tan social que creía que no se metían con él por eso.

—No vale, chica. Ése amenazó hasta con unos golpes a Antonio, el muchacho ése alto de quinto año. ¡Bueno! A Lorenzo le estaban quedando muchas materias, ¿no?

—Sí, sí. Casi todas. Pero ese pobre muchacho… Me da tanta cosa con él, que Dios lo tenga en su gloria. Rubén me contaba que nadie hablaba con él…

—Pa mí que ese chamo ya tenía muchos problemas. O sea, si ustedes mismos dicen que no tenía atención por parte de sus propios compañeros, es porque no tenía a un amiguito aunque sea con quien hablar.

—No. Lo arrecho era las palizas que le daban. ¡Ajo! Esos sí eran golpes… Yo vivía cerca de su apartamento y casi todos oíamos en el edificio cómo lo agarraban a coñazo. Lo arrecho era que, en la noche, la señora le contaba todo al marido y ese lo agarraba a palo limpio otra vez. Esos duraban hasta bien tarde.

—Ay, sí… A veces faltaba días y se le notaba demacrado. Pero era un buen muchacho, ¿sabes? Él siempre que me veía me abrazaba, me decía que me quería, que tenía que darle clases. Siempre me daba un detallito. Yo nunca pensé que lo hacía por lo que pasaba en su casa. No sé… Nunca me preocupé mucho por él pero sí le hablaba cuando se me acercaba…

—Seee, mija. Horrible que era. Entonces un día, el chamo empezó a despedirse. A mí me dijo: “Profe, ya va a ver. Ahora sí voy a ser famoso”.

—Yo no vine ese día. Andaba muy enferma toda esa semana y apenas me reintegré fue cuando me contaron. Te juro que sentí que el mundo se me venía encima, más cuando Lorenzo me había regalado unos chocolates la semana anterior diciéndome que me quería.

—No, vale. Si ése se despidió hasta de los señores de la cantina. A mí me dijo que no cambiara la estrategia, que le gustaban mis clases aunque les sacara la chicha.

—No, sí. Ese pasó hasta con la profesora Rosa. Eso fue antes de la entrega de boletas. Sabes que los chamos se ponen cuidadositos y modositos con nosotros antes de la entregas porque ya saben qué es lo que les viene. Pero Lorenzo ya estaba planeando eso, se le notaba. El día de la entrega no vino al liceo porque tenía que cuidar a su hermanito. Un bebé de tres añitos en ese entonces.

—¿Eso fue en su casa, chamo?

—Sí, vale. Entrando la señora al apartamento… Imagínate cómo habrá llegado con la boleta en mano y las 13 materias raspadas de Lorenzo. Me dijeron que le dijo, cuando la vio llegar, que ahora sí iba a estar orgullosa. Y se lanzó por el balcón de la casa.

—Esa señora quedó bien dolida después de eso.

—Sí, sí. Creo que se mudaron. Pero Lorenzo se hizo famoso en el liceo por eso.

14 abril 2014

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El perfume, los labios carnosos y aquél corsé rojo lo resaltaban todo en ella. Era la única oportunidad para conquistarlo. Para hacerse reina de su cielo.

Foto: @xatakafoto

12 febrero 2014

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Dice la gente, que sabe más que yo, que en nuestra Ley RESORTE (Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión) que los medios de comunicación deben dirigir su contenido hacia aquellos que promuevan las valores, la educación y la paz. Sin embargo, esta misma ley también menciona el derecho a la libre expresión de ideas, opiniones y pensamientos, comunicación libre y plural, democratización, participación, solidad y responsabilidad social, soberanía, seguridad de la Nación y libre competencia, con la frase de “prohibición de censura previa” intercalada en la frase.

 

¿Por qué habrían de censurarse los medios de comunicación en nuestro país por decir la verdad? Una cosa es el amarillismo de los periódicos en un país que, aunque nos duela, tiene más de un muerto en un día. Los muertos de una semana cubren fácilmente la cuota necesaria para obtener un aproximado de 24.763 muertes violentas que obtuvimos el año pasado (79 fallecidos por cada 100 habitantes). Si me dijesen que estamos en el top diez de los países más violentos en el mundo, lo creería.

 

Iniciamos el año 2014 con la muerte de la famosa actriz Mónica Spear. Lo gracioso de la situación, si es que se le puede ver lo gracioso, es que ella no vivía aquí; estaba de visita. No podemos esperar que seamos un país que, si bien cuenta con todos los recursos naturales suficientes para hacerle la competencia a cualquier otro en materia de turismo, tenga innumerables turistas paseando por nuestras inseguras calles. ¡Mataron a uno en Margarita! Y todavía hay gente que dice que “hay Patria”, con P mayúscula.

 

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Hoy, 12 de febrero del 2014, estudiantes y demás personas realizaron manifestaciones en distintos lugares del país en contra de todo lo que estamos viviendo: en contra de la violencia, de la inflación de 56-8% que tenemos, de la escasez de productos de 28%. Tenemos dos muertos solo el día de hoy y uno de ellos es un estudiante. Más allá del oficio de esta persona, el salir a la calle solo a mostrar su inconformidad no es motivo para quitarle la vida a un compatriota; como no es motivo asesinar a alguien solo por comer en el mismo puesto de perros calientes por haber pedido que le pasaran la salsa. Aún así, la Ley RESORTE protege la paz mental de los venezolanos al restringir a los medios de comunicación (por no decir censurar previamente) de publicar noticias relacionadas a los hechos violentos en nuestro´país. Todo con el fin de promover la paz.

 

O sea, ahora debo salir de mi casa sin saber de antemano si me pueden matar o no. Y si me matan, mi mamá ni se entera porque los medios de comunicación no le pueden decir que hubo tal o cual ataque en X lugar o que hubo otro muerto diario al conteo de siempre. Mientras tanto, los del Gobierno prefieren sacar un canal de las televisoras internacionales solo por comentar todo lo que sucedió el día de hoy en vez de buscar soluciones, realizar propuestas o simplemente decirle a sus grupos armados que no ataquen. Eso de la libre expresión, democratización, soberanía y demás, se ve bien bonito en el papel, no en la realidad.

 

Ya no podemos decir nada. A nadie. Y duele ver en lo que nos estamos convirtiendo. Ya nuestro país se fue y lo único que nos queda es jugar con las cenizas y las balas o irnos también.

 

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Fotos: El Nacional, María A. Sarmiento (ni idea de si la fotógrafa si es ella) y La Patilla.

18 enero 2014

 

No sabía que se retiraba. Y, de hecho, no he visto este capítulo, pero es una cosita que tengo que buscar solo para ver la cantidad de detalles y personajes que agregan de un momento a otro. Esa pequeña secuencia simplemente es hermosa. Inclusive el sonido me recuerda mucho al estilo de Joe Hisaishi para el OST de Sen to Chihiro no kamikakushi. Es mejor el vídeo de Slate ya que tiene indicaciones de dónde sale cada personaje ♥