19 abril 2013

 

A veces hay canciones como ésta que ayudan en ciertos momentos…

IMG00797-20130407-1634Y sabes que es así. Hace algunos días nos diste esa noticia: hubo llorantina, miedo, preocupación y demás. En lo personal, yo estuve tranquila porque, a pesar de todo, estaba y sigo dispuesta a apoyarte o estar en lo que necesites. Claro que lloré cuando decidiste tomar tus maletas y empezar a delinear y colorear tu propio camino. Sé que nunca te he dicho “mi pequeña”, pero ese día fue cómo pensé en ti.

 

Admito que nunca he sido una persona o un apoyo siempre incondicional para ti. De hecho, recuerdo que de pequeña me eras insoportable por tu comportamiento de niña mimada. Ya cuando creciste, sí confieso que estaba orgullosa por tu cambio, por la madurez que desarrollaste, por tu calidad humana, tu capacidad para traer una sonrisa a tu hogar o incluso a los niños que veías durante tus misiones de doctora para el alma. Hablaba bien de ti porque, a tu edad, habías roto con lo que ya se consideraba normal en una niña de tu edad en nuestros días. Ok, puede que no hayas extendido más el tiempo pero no te fuiste a escondidas ni se lo ocultaste a nadie. Fuiste digna y lo sigues siendo y estás dispuesta a echar pa’lante. Ésa es la pequeña de la que estoy orgullosa. Lamento haber tardado para dedicarte más tiempo de mi día para hablar contigo, para decirte lo orgullosa que estoy de ti, para decirte lo mucho que te adoro. Pero aún estoy a tiempo y sabes que estoy aquí.

 

Disfruta tu travesía, mi niña. Recuerda siempre de dónde vienes y a dónde debes ir. Recuerda aprender de lo que vivas pero aprender siempre. Deseo siempre lo mejor para ti y me enorgullece, como no tienes idea, el que hayas decidido escribir tu propia bildungsroman con la misma sonrisa con la que iluminabas este hogar.